Por Fernando Bryt
Hace unos días los papás de Maite de 10 años recibieron el boletín de calificaciones en una escuela en Colombia. Si bien las calificaciones son buenas y muy buenas, se quedaron desconcertados con las observaciones "Lamentablemente la menor no tiene acompañamiento desde el hogar en lo que a actividades extraescolares se refiere" En seguida se comunicaron con la maestra y les explicó que se refería a los deberes, ya que muchos no los ha hecho. Entonces, le dijeron que estaban al tanto de que no había cumplido con muchas de sus tareas y que ha sido un tema de discusión con ella, o sea que han intentado que los haga, que es cierto que no se han puesto cada día a luchar con ella para que los haga. Le agregaron, que les sorprendió que esto no se les haya comentado antes y que aparezca en el boletín de ella un mensaje dirigido a la familia en ese tono. Le expresaron su opinión de que en todo caso el boletín es para evaluarla a ella, no a los padres, porque podrían también haber puesto: "Lamentablemente Maite no ha recibido de su escuela suficiente motivación sobre los temas abordados para luego hacer sus tareas domiciliarias con alegría" Aquí en Colombia a los deberes les dicen compromisos, pero no lo son, porque para que haya un compromiso debe haber un acuerdo. En el caso de Maite no lo hay, por lo tanto son deberes, los cuales pueden ser más o menos productivos y motivantes. Pero al ser deberes hay que hacerlos, ese es el mensaje de los padres de Maite hacia su hija. Sin embargo, de ahí a decidir que cada día será una discusión ese es otro tema. Ellos decidieron que si no los hace tendrá la consecuencia académica que la escuela considere oportuno. Esta es la posición de los papás de Maite, su lucha se centra en estos momentos en lograr hábitos de sueño saludables y otras tareas de colaboración en casa. El tema deberes - conflicto es recurrente en mis pacientes y para cada caso un mundo. No es lo mismo deberes en niños que concurren 4 horas a la escuela que los deberes en niños que concurren 6 u 8 horas. No es lo mismo según la edad y el diagnóstico de cada uno. Pero hay un denominador común en casos clínicos, los deberes son una fuente de conflicto en casa y depende de cómo se aborde este conflicto puede desencadenar en rispidez en las relaciones padres - hijos y en rechazo escolar. Pero volvamos a la pregunta del principio, la evidencia científica nos brinda datos importantes, el estudio de Cooper, Patall y Robinson, es uno de los más relevantes por su investigación longitudinal realizada entre 1987 y 2003, Does Homework Improve Academic Achievement? A Synthesis of Research, 1987–2003, Los resultados acerca de la relación deberes - mejora académica evidencian que depende de la edad del alumno: 6-11 años: no existe un impacto positivo entre los deberes y los resultados académicos. 12-15 años: lo ideal es mandar entre 7-12h/semana. Estudios con tiempos más amplios (13-20h) concluyen que no existen mejoras significativas en cuanto a lo aprendido por los alumnos. 16-17 años: a lo sumo, 2h/día; más no influye en los resultados académicos Si vamos a los meta-estudios (que son investigaciones sobre el resultado del conjunto de investigaciones significativas sobre el tema) el estudio más importante es: Visible Learning: A Synthesis of Over 800 Meta-Analyses Relating to Achievement de John Hattie, un libro publicado 2009 que referencia a cientos de investigaciones Concluye que la relación alumno docente y otros factores vinculares y de motivación tienen más influencia en el rendimiento académico que los deberes en cualquier etapa del aprendizaje. ¿Qué pienso yo? Si tu experiencia con los deberes de tus hijos es positiva, si logras acompañarlos con alegría, si es un momento positivo para compartir, adelante. Pero debes saber que para muchas familias es una fuente de conflicto importante con consecuencias nefastas si no se gestiona bien. Si eres docente, ten en cuenta que, dada la evidencia científica significativa, el grado de generación de conflicto, la relación con el rechazo escolar, la disparidad que genera según medio-socioeconómico y la poca influencia en el rendimiento académico hasta los 11 años, las tareas domiciliarias deberían ser el resultado de un desafío que el docente logre proponer a los alumnos, más que resolución de problemas matemáticos o escritura sin motivación alguna, más allá de la calificación. En ese sentido el desafío debería ser opcional, una invitación a hacer, no una obligación académica (hasta los 11 años) y,por supuesto, puede generar consecuencia en las calificaciones, pero no una sanción en esa etapa. Pienso que así planteado no deja de ser una herramienta pedagógica importante, ya que es deseable generar hábitos de estudio autónomos en casa de forma gradual. Pero debemos tener claro el objetivo de la tarea domiciliaria. Si se quiere trabajar el compromiso y la responsabilidad hay otros medios que no necesariamente sean mediante tareas académicas domiciliarias. Mientras esperamos los cambios que muchas comunidades educativas han comenzado a implementar, seguimos gestionando los deberes de una forma que respete la decisión docente pero no se vuelva en factor de conflicto padres - hijos. Si necesitas asesoramiento online o presencial para la situación de tu hijo/a escribe a [email protected] Si eres docente, psicólogo/a u otra profesión afín y deseas profundizar en este y otros temas de actualidad educativa escribe a [email protected] A continuación la investigación:
Participa del debate en la siguiente publicación:
0 Comentarios
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
Archives
Septiembre 2024
Autor
Mi vocación es la psicología clínica, tanto en diagnóstico como en tratamiento. Por ello fui en busca de formación en centros de referencia de distintas culturas y sigo mi camino de crecimiento, siendo mis pacientes mi fuente más preciada de aprendizaje. Categorías
Todo
|